El Pensamiento es Real
-¿Annie no pintó una casa para ustedes por aquí?
-Sí, la casa de nuestros sueños.
-Sólo una caminata por el agua. Tomemos el atajo.
-Lindo atajo –dice Chris mientras se hunde en el lago.
-¡Es fácil! ¡Mírame! –dice Doc caminando en el agua.
-Me voy a ahogar.
-No puedes. Ya estás muerto.
-¿En realidad estoy aquí?
- ¿Qué quieres decir? ¿Acaso eres tu brazo o tu pierna?
-Difícilmente.
-¿En serio? Si pierdes tus extremidades, ¿sigues siendo tú?
-Seguiría siendo yo.
-¿Qué quieres decir con «yo»?
-Mi cerebro, supongo.
-Tu cerebro. Tu cerebro es una parte del cuerpo como una uña o el corazón. ¿Por qué esa parte?
-Porque yo tengo una vocecita en mi cabeza. La parte de mí que piensa, que siente, la que se da cuenta que existo.
-Si estás consciente de que existes, entonces existes. Por eso sigues aquí. ¿Por qué te cuesta tanto? Mira. Tu cerebro es carne. Se pudre y desaparece. ¿Realmente crees que sólo eres eso? Ahora estás en tu casa. Estás en tu casa, pero no eres tu casa. Si la casa se cae, sales y te vas.
-Pero parece que reconstruyo –dice Chris viendo su cuerpo.
Entran en la casa...
-Ves un cuerpo porque quieres ver uno. Vemos lo que queremos ver. Déjame mostrarte algo –Doc abre un hueco en la pared.
-Es real, ¿dónde está la pintura?
-Ya no la necesitas.
-Este es tu mundo. El pensamiento es real. Lo físico es una ilusión. Irónico, ¿no?
-¿Dónde está Dios?
-Está allá arriba, en algún lugar, gritando que nos ama y preguntándose por qué no lo escuchamos.
Richard Matheson, «Más allá de los sueños»