El hombre que vive en la pequeña isla del yo,
no vive más que una pequeña parte
de lo que constituye la existencia.
El hombre debe dejar atrás las barreras,
las prisiones del ego y el pensamiento,
y alcanzar al Creador.
Debe construirse un puente sobre
todas las islas, todos los círculos.
Cada mundo debe ser comprendido,
y por último fundido en una unicidad
absoluta y pura.
Entonces podrá no haber ni dimensiones
interiores ni exteriores, ninguna separación del yo,
sólo una pura unidad en la que el hombre
sea todas las cosas a la vez.
En esta fusión de mundos el hombre conocerá
todas las cosas y vivirá
los más profundos significados de la vida.
Entonces, y sólo entonces, podrá el hombre
aspirar al contacto con Dios.
Tom Brown