Maestro Jesús: Hermanos estoy con vosotros aquí, ahora y siempre. Estoy contento, estoy gozoso, estoy armonizado transmitiendo luz y conceptos a vuestros cuerpos causales. Es importante para mí que haya participación, que se interactúe, para que esto salga bien. No como algo especial. Sí como algo único, pero no como algo único a parte, sino como algo para vosotros. Si estoy aquí es para ayudar. He dejado un extra de luz dorada al médium que me canaliza para que así pueda fluir mejor en conceptos para este ejercicio, y también para su estado físico. Por eso tardé en hablar, en presentarme.
Y ahora hermanos pido una buena preparación, pido que todos estéis atentos, pero atentos para brindar, atentos para servir, y siempre dar más de vosotros mismos. Antes de una canalización debéis pensar en que podéis lograrlo, en que podéis hacerlo bien. No desde ego, sino desde seguridad; porque donde no hay seguridad, no funciona lo demás. Se precisa de atención, de concentración, pero concentración no sólo para con vosotros mismos sino para con el ambiente. Tiene que haber estabilidad antes de empezar, tiene que haber una concentración para con vosotros mismos, para con el ambiente. Mucha concentración. No se puede permitir despistes. Por eso primero tener clara la idea de lo que se va a hacer, luego estar seguro de que se puede conseguir, y esas dosis de seguridad se tienen que transmitir también a través de las palabras, de las traducciones de los conceptos.
Luego de todo esto, no os olvidéis de despersonalizaros; porque la despersonalización consiste en no dar cabida a nada más que a la sesión. Para despersonalizarse primero se tiene que estar concentrado en lo que se va a hacer. Se tiene que tener: uno seguridad, dos concentración. Entonces hay que desconectar de ambientes externos para centrarse única y exclusivamente en la sesión. Un punto a favor puede ser pensar que cada sesión es única y positiva, y que esto hay que aprovecharlo. Que vosotros hermanos a quienes tanto quiero, tenéis el don para amar y tenéis el don para canalizar, que esto es importante, porque de ahí se puede crear mucho servicio hermanos. Tenéis el don para crear conceptos, crear amor, transmutarlo, podéis proyectarlo.
Entonces a parte de la concentración y esa despersonalización total que se consigue, después de eso despersonalización con seriedad, pero con seriedad de trabajo, y no con seriedad de la vida, porque las sesiones se pueden tomar con firmeza y a la vez puede ser suave, se puede tomar con humor, con tranquilidad; pero claro, primero de todo eso se tienen que hacer con una despersonalización adecuada para el trabajo. Siempre con el trabajo que se va a realizar. No es una seriedad mal entendida. Es una seriedad afectiva, de compromiso, porque si hay demasiado humor no va a salir bien; pero a su vez tampoco podemos ser estatuas. Tiene que ser una despersonalización donde se sienta, primero a uno mismo, y luego sentir al otro. Sentid a cada uno que os rodea antes de la despersonalización.
Y sobre todo una sesión siempre se tiene que tomar con calma. A parte de la seguridad y la despersonalización se tiene que lograr calma; porque si se está nervioso se está protagonizando; porque donde hay nerviosismo hay ego. El ego es enemigo de los Mensajes de Luz. Por eso muchas veces, hermanos, no os sale tan bien; o podéis traducir mensajes del error; porque el primer punto es estar calmado, concentrarse, despersonalizarse, y proyectar amor. Proyectar amor hacía cada uno de los seres que se encuentran en la sesión. Amor impersonal hacía la tarea, hacía los seres. Amor impersonal para con uno mismo también. Entonces luego una vez se ha logrado esa despersonalización, concentración y calma se logra la armonía con todo junto. Y una vez se está armonizado y se ha proyectado amor impersonal, la unión de la armonía y el amor impersonal crea una estabilidad, primero física, luego emocional, y para concluir mental. Cuando se tiene se tiene ese equilibrio de las tres partes uno ha de cerrar los ojos suavemente mientras mantiene los estados nombrados con anterioridad.
Entonces cerráis los ojos y respiráis muy hondo, muy bien, y después se tiene que trazar, tenéis hermanos que trazar, un esplendido haz de luz dorado para vuestro cuerpo. Mientras la respiración es honda y se acompasa con esos rayos de luz. Primero se intenciona el rayo blanco con tintes azulados del Padre que inunda todo el cuerpo, inunda de la cabeza a los pies de cada uno. Va inundando poco a poco todo el chakra coronario. Va corriendo ese haz de luz, ese rayo, mientras sigue vuestra respiración. Acompaña ese rayo a la respiración. Una respiración serena y tranquila va acompañando a ese rayo por todas las partes del cuerpo. Baja de la cabeza hacía los brazos, el rayo atraviesa todo el tronco y llega hasta los pies. Luego, acompasando la respiración se tiene que intencionar el rayo Crístico dorado de la misma manera. Entra por el chakra corona y va fluyendo por el cuerpo acompañando a la respiración. Hacemos lo mismo con el tercer rayo, el rayo violeta, que también inunda todo el cuerpo acompañando la respiración.
Luego de esto la persona ha de estar muy relajada. Va sintiendo el hormigueo de la energía áurica que se potencia con esos rayos. Entonces se dejan llevar por esos impulsos energéticos que son como que estallan, pero son suaves y cálidos.
Entonces hay que crear una esplendida cúpula dorada para con el cuerpo del médium. Entonces se tiene que hacer una enorme proyección de amor impersonal para con uno mismo. Inmediatamente inundar también de esos rayos de amor impersonal a la entidad que va a presentarse. Mientras esos rayos impersonales llegan se ha de pedir suavemente, proponer a la entidad si quiere presentarse. Mientras tanto el médium calmado se siente en armonía. Va notando fluir la energía de los rayos que ya canalizó. Más tarde va notando fluir la energía que se va acoplando al cuerpo mediúmnico del médium cuando se va acoplando la entidad. Se capta la vibración. Se empieza a captar un leve cosquilleo. Una energía que se acerca poco a poco. Se va captando toda la vibración, toda la esencia de la entidad, única y absoluta; su color, su vibración, su carácter, su tono, su personalidad; se acopla todo al cuerpo mediúmnico del médium que con gran amor, como si con un abrazo se tratase, acoge en su decodificador a la entidad a la que se ama impersonalmente. Entonces la entidad que se encuentra totalmente canalizada, conectada ha de trasmitir los conceptos y el médium muy calmado, tranquilo, sereno, pero con una gran estabilidad de energía de la entidad ha de apartarse, porque como la ama, le abre paso y la entidad empieza a hablar después de trasmitir los conceptos. Es la entidad quien habla y el médium no intercede, porque no quiere aportar; porque quiere dejar a la entidad su libre paso, y como el médium está tranquilo y sereno, no se preocupa de posibles errores. Sólo se preocupa de transmitir amor para que la entidad se sienta bien, acoplada y pueda hablar. Cuando la entidad empieza a trasmitir conceptos el médium traduce sin dedicarse a pensar qué está traduciendo. Se va captando toda su forma de ser.
Esto es todo hermanos. Esto es lo importante para que lo entendáis. Y ahora me retiraré dejando un enorme rayo Crístico que envuelva todos vuestros cuerpos, y os dejaré en compañía de mi receptáculo, mientras se van traduciendo conceptos que vienen solos por parte de la entidad. No lo olvidéis. Es importante, hermanos. Confíen. Confiad en vosotros mismos. Os amo incondicionalmente. Habló el Maestro Jesús, vuestro hermano.
Fuente: http://www.grupoelron.org/quees/mediumnidad2.htm#s241107